Señores, para no alarmarlos de que no son normales si no piensan en sexo cada siete segundos (más de 8,000 veces al día), un nuevo estudio que se publicó en la revista especializada Journal of Sex Research llega para tranquilizarlos.

Los hombres en promedio piensan mucho menos veces en sexo que ese intervalo tan publicitado. (Nadie sabe de dónde se originó esa estadística de cada 7 segundos, que durante décadas circula y probablemente fue un cita errónea del estudio original de Albert Kinsey sobre la conducta sexual masculina que se publicó en 1948).


Por eso somos afortunados de contar con la médico Terri Fisher y sus colegas de la Universidad Estatal de Ohio, quienes recientemente estudiaron a un grupo de alumnos universitarios (163 mujeres y 120 hombres entre los 18 y 25 años), quienes utilizaron un contador de golpes de golf para registrar sus pensamientos diarios sobre comer, dormir o sexo en el transcurso de una semana.

Los resultados demostraron que lejos de pensar en sexo cada siete segundos, los hombres pensaron en eso cerca de 19 veces al día en promedio, mientras que las mujeres pensaron 10 veces en sexo en promedio. Es importante tomar en cuenta la parte de “en promedio”, ya que varía mucho: Los estudiantes masculinos registraron entre uno y 388 pensamientos diarios sobre el sexo, mientras que las mujeres pensaron en el sexo entre una y 140 veces al día.

Y el estudio también señala que tener pensamientos sexuales es más saludable que no tenerlos.

“Las personas que tienden a no tenerlos, o pocas veces tienen pensamientos sexuales y se quejan de eso, pueden estar deprimidos, reprimidos o podrían estar tan distantes de la corriente de la expresión sexual en sus vidas que tal vez sin intención bloquean los pensamientos ya que no están seguros de qué hacer con ellos”, dice la educadora sexual, Amy Levine.

Y en mi experiencia no es verdad que las personas para las que no es tan sencillo tener relaciones sexuales (como los solteros) a menudo tengan más pensamientos sexuales que las personas que tienen acceso al sexo saludable en forma regular (como las parejas). A menudo sucede lo contrario: Las personas que tienen una vida sexual saludable en general suelen ser más “eróticos” y normalmente quieren más de lo bueno, mientras que la personas que no tienen relaciones sexuales algunas veces se preocupan menos por eso y descartan al sexo como una prioridad. Cuando estos últimos piensan en sexo, puede ser de una manera más obsesiva.

“Tanto la falta de sexo como la actividad sexual pueden llevar a un pensamiento sexual”, afirma el médico Ed Ratush, quien se especializa en temas sexuales. “Si alguien quiere sexo pero no lo tiene en su vida, pensará en eso, incluso tendrá una fijación con eso. Por el contrario, tener buen sexo conduce a pensamientos sexuales debido al recuerdo real de eso, de manera física y psicológica”.

Un aspecto refrescante de este nuevo estudio es que estandariza los pensamientos sexuales y los relaciona con los pensamientos sobre otras necesidades básicas como la alimentación y el sueño. Esto demuestra que el hombre promedio no es esclavo de su pensamientos sexuales (pensar en sexo una y otra vez y una vez más), sino que más bien mantiene un equilibrio sano.

Los hombres también pensaron en comida por lo menos 18 veces al día y en dormir casi 11 veces al día, en comparación con el promedio en el que las mujeres pensaban en comer y en dormir de casi 15 veces y aproximadamente 8.5 veces respectivamente.


¿Pero en que consiste un pensamiento sexual?

“Creo que hay mucho más pensamientos sexuales que pasan por nuestra mente de los que consideramos, y que después señalamos como cuestiones ‘sexuales’ en esta medición”, dice Ratush. “Seria interesante conocer si los hombres midieron sus pensamientos sobre la intimidad o el amor contra a los pensamientos sexualmente explícitos”.

Mientras que el número medio en este estudio nos dice que los hombres y las mujeres son más parecidos que diferentes cuando se trata de la cantidad de pensamientos sexuales, ¿hay una diferencia de género cuando se trata de la calidad de los pensamientos sexuales?, ¿y hay una diferencia en la forma como los hombres y las mujeres procesan esos pensamientos?

El estudio no abordó el contenido de los pensamientos, pero en mi experiencia, los pensamientos sexuales de los hombres suelen tener una conexión más directa con el sistema de excitación que con los de las mujeres. Por ejemplo, un hombre tiene un pensamiento sexual y casi inmediatamente ese pensamiento empieza a convertirse en una acción. Las mujeres pueden tener casi el mismo número de pensamientos sexuales, pero parece que no tiene la misma relación con un deseo real de tener sexo.

“Los hombres son como conducir un automóvil con transmisión estándar: si mueves la palanca de cambios en el orden correcto, llegarás a donde quieres ir”, escribe la médico Emily Nagoski.

“Las mujeres son como hornear un soufflé: el resultado depende de los ingredientes y del cocinero, claro, pero también depende de la confiabilidad del horno, de la altitud, de la humedad del día (…) hay más variables, hay más variabilidad”.

Para la metáfora de Nagoski, un pensamiento sexual es suficiente para poner en marcha la palanca de cambios de los hombres, pero para las mujeres, un pensamiento sexual simplemente es un ingrediente más en el soufflé. Sin embargo, no hay absolutos; y la conclusión es, tal vez, el verdadero beneficio de este estudio.

No sólo los resultados ayudan a los hombres a darse cuenta de que son “normales” si no piensan obsesivamente en el sexo, pero los resultados también le pueden dar a las mujeres una nueva perspectiva sobre sus compañeros hombres: En contraste al estereotipo de que los hombres siempre tienen ganas, en el estudio se sugiere que, al igual que las mujeres, los hombres son criaturas complejas quienes pueden tener varias preocupaciones que no tienen nada que ver con el sexo. Algunos hombres incluso también pueden ser soufflés.

Fuente: CNN Mexico

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